Seis son las generaciones de farmacéuticos de la familia Baltar que se llevan dedicando a la gestión de esta farmacia: el fundador de la primitiva farmacia fue José Baltar Varela, inició la actividad en un pequeño espacio de su vivienda; Angel Baltar Cortés, farmacéutico de segunda generación fue encargado de la remodelación (1873). Conservaba buena amistad con el ingeniero de ferrocarriles John Trulock (abuelo de Camilo José Cela). Fue el señor Trulock quien le agasajó el botamen que aún hoy se conserva en la farmacia.

También era gran amigo de Rosalía de Castro, con la cual mantenía correspondencia e intercambiaba libros; el tercer farmacéutico fue Ernesto Baltar Cortés; el cuarto farmacéutico fue Manuel Baltar  Santaló, contaba con la ayuda de su mujer, una de las pocas mujeres farmacéuticas de la época; el quinto farmacéutico fue Óscar Baltar Montero; el sexto y actual farmacéutico es Óscar Baltar Bescansa.